martes, 4 de marzo de 2008

Historia de un sabio y su gato


Un gran sabio tenía un gato, al que solía alimentar todos los días. Cada vez que le daba algún alimento, el gato comía a su lado. Un día le dio un trozo de carne, pero esta vez el gato no lo comió, sino que lo cogió entre sus dientes y salió corriendo, al ver esto el sabio lo siguió; camino un largo trecho, hasta que el gato se detuvo cerca de un hueco y soltó el trozo de carne y se fue rápidamente.

El sabio estaba confuso y se decía que lo que había hecho el gato no era normal, presentía que iba a pasar algo, así que esperó y esperó. De pronto vio que salía del hueco una serpiente ciega, pues no se le veía los ojos, la que moviéndose lentamente, cogió con su boca el trozo de carne y entró otra vez en el hueco.

Al ver lo que vio, el Sabio, se sorprendió, empezó a sonreír y a comprender lo que sucedía y se dijo, “es así como DIOS reparte el sustento entre todas sus criaturas, estén donde estén”; “ese trozo de carne, estaba escrito, le pertenecía comérselo a esta serpiente, así que DIOS mandó a un gato como vehículo para llevárselo.”

El sustento es obra de DIOS, y a cada ser viviente, ya sea humano o animal, lo que se le ha prescrito le llegará.


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